Jacques Tati y Sainte-Sevère-sur-Indre : una historia larga entre el hombre cineasta y este lugar de refugio durante la guerra situado en el Berry, lleno de brujos. En junio de 1947, los habitantes de Sainte-Sévère se sorprendieron al ver a Jacques Tati llegar con sus técnicos, actores y equipo de rodaje. Refugiado durante la ocupación en una granja de la región, había prometido a los habitantes del pueblo regresar algún día para filmar en Sainte Sévère su primer largometraje.
¡ Promesa cumplida ! Es en este lugar que Tati conoce bien que rodará Jour de Fête, en 1947, primer largometraje de Jacques Tati – 6 meses de rodaje en Sainte-Sévère-sur-Indre :
« Filmar Jour de fête completamente en color. Pero era un nuevo proceso y nunca pudimos hacer copias. Me dio mucho trabajo hacer esta película en color. Hice pintar muchas puertas en gris oscuro en el pueblo, hice vestir todos los campesinos con chaquetas negras y sobre todo las campesinas, para que no haya casi ningún color en esta plaza. El color viene con los feriantes, el carrusel, los caballitos y casas forasteras. » Jacques Tati
Sinopsis
En el pueblito de Folainville, en el corazón profundo de Francia, cada uno contribuye a la preparación de la fiesta anual. Mientras que los feriantes instalan sus carruseles en la plaza principal, François el cartero persigue su ronda mientras ayudaba, él también, a los preparativos. Hasta el momento donde entra en una sala de cine improvisada que muestra un documental sobre el sistema postal en los Estados Unidos. Fascinado, François empieza a distribuir el correo « a la americana »…
Entre burlesco y poesía campesina
Animado por el éxito de la escuela de los carteros, el cortometraje que rodea en 1946, se vuelve ser un largo metraje. Si, un año más tarde el cineasta dirige de nuevo el personaje de François el cartero en un largo metraje.
Con un presupuesto reducido al mínimo, el cineasta pone a contribución los habitantes y recurre a una mayoría de actores no profesionales. Esto le da una sensación de frescura y de autenticidad a esta crónica rural que utiliza a veces un estilo documental. Sin embargo, Jour de fête es ante todo una comedia llena de fantasía poética que revista con alegría el burlesco, querido de Mack Sennet y Buster Keaton : hay que ver este actor maravilloso que es Tati, especie de arlequín sobre su bicicleta, que atraviesa un rebaño de vacas o que hace una serie de molinetes para espantar una avispa bajo la mirada de un campesino consternado…
Este genio cómico, muy cerca del cine mudo, se encuentra en el punto culminante de la gira final, obra maestra de una virtuosidad acrobática donde François entrega a cada vez las cartas de la manera la más graciosa. En cuanto al trabajo increíble de la banda sonora, lleva al espectador en la realidad la más concreta de Folainville.
Rodeada en color en un proceso inutilizado hasta 1995 Jour de fête se adorna hoy con una gama de verdes pálidos y tonos de sepia y de beige. Colores conmovedores que evocan más las viejas postales patinadas por el tiempo que el Tecnicolor y que hace de esta película llena de sol una verdadera fiesta campestre.